El día que tenga un Ipad creo que ya no respetaré ni las horas de sueño. Me debatiré a vida o muerte entre mis dos pasiones: mirar pisos y buscar viajes.
Internet es un bucle del que a veces es muy duro salir. Enlazas una búsqueda con otra, cambias filtros, terminas por pasarte el presupuesto inicial por el arco de trajano y acabas creyéndote una multimillonaria a la caza de un palacio victoriano a reformar y una estancia en todo incluido allí en la última isla desierta del planeta. Bueno desierta no; que tenga al menos un hotel de 5* en el que te pelen hasta las pipas.
Y es que soñar NO es gratis, que no mientan. Yo termino con una ansiedad que no se combate ni con un mojito de lexatines. Porque claro, ¡lo guay es caro! Y la edad, no ayuda...
Aún recuerdo con nostalgia esas "escapadas" que me marcaba cuando era joven y bella. Me daba igual llevar mochila, desplazarme en autobús y dormir en un albergue (eso sí, con habitación de 2. Compartir literas con 800 desconocidos como si fuéramos en pateras fue un límite que nunca me atreví a cruzar).
Sin embargo ahora, vieja y pelleja, juzgo la calidad de mi destino hasta por la decoración e interiorismo de las habitaciones del hotel de turno. Y claro, así vamos mal.
Imaginemos por ejemplo un viaje a London city:
La última (y única) vez que estuve en Londres, era una adolescente, acompañada de otros adolescentes enviados al Reino Británico por sus padres para aprender inglés (eso, en la teoría porque yo sólo recuerdo hablar castellano por los codos, ganar un concurso de baile en el que lo único que entendí, fue cuando empezó y acabó la música y celebrarlo comiendo tortilla de patata en vaso... Es que mis profes se pusieron tan contentos que me nombraron la "Reina de la tortilla de patata", pero eso es otra historia que no viene a cuento... ¡sal de mí, loro parlanchín!).
El caso es que, oh WAIT! ¿Cuál era el caso?
Ah sí! queremos volver a Londres. Y digo queremos porque ese viaje me lo imagino con Margot, buena conocedora de la ciudad puesto que ella vivió allí durante un mes con el Heredero.
Me consta que su estancia se desarrolló en un barrio de mala muerte, concretamente en un piso con el suelo tan desnivelado que las puertas se abrían solas y no precisamente por la corriente. Ahora no la puedo defraudar, tengo que buscar un hotel bien chulo, cerca de Covent Graden(que no recuerdo ni lo que es pero ella lo describe como un lugar de ensueño), algo así como esto:
Y sí, con una sola cama que yo necesito que alguien me caliente los pies por las noches. Y sí, con champán en una cubitera porque si algún día cumplimos este humilde sueño, no será porque no nos lo hayamos ganado con creces.
Seguro que algunos estáis pensando: "Pero mujer, si viajar a Londres son 2 pesetas"... y de eso nada. Si queremos evitar manchas en la funda del colchón o no rozar el límite con la frontera de Escocia, de 100 euritos la noche, 2 personas en alojamiento y desayuno, no baja. De hecho ahora mismo tengo delante una oferta en la que por la módica cantidad de 750 €, tienes alojamiento 4 noches y vuelo incluido. Margot y yo nos conformamos con Mc Donalds y pizzas varias, así que añadimos 50 €/día para comidas y cenas (entre las dos). ¡Hala! ya nos hemos puesto en 950 €. Nos olvidamos de montar en metro ni entrar a museos pero claro, del aeropuerto a la ciudad y viceversa no podemos ir en burro. Suprimo de la lista las tiendas caras: algún caprichito en Camden y vamos que nos chutamos aunque... ¿entonces a qué vamos a Londres?. Nos hemos gastado 1000 € en dormir, comer happy meals y rebuscar entre abrigos de Janis Joplin. Fail!
Llamadme rata, precavida o acojonada pero 1000 € en 4 días por "cambiar de aires" me sigue crujiendo el corazón. ¿Qué presupuesto llevan entonces los que además comen en restaurantes y vuelven a spain con las samsonites hasta arriba?
Esto me pasa por mirar Londres y no Portugal. Comparemos:
Oporto, hotel de similares características al de Londres. Mismos días, mismas fechas: vuelo y 4 noches de alojamiento y desayuno, 2 personas: 500 €. Vale, al menos ya nos da para comer "peito de peru y frango grelhado". Subimos a 80 €/día para comidas y cenas / 2 personas / 4 días: 820 €.
Sin embargo, no nos engañemos, Oporto, aunque preciosa, no es una ciudad como Londres, sobre todo si el fin de tu viaje va más allá de patear la ciudad de punta a punta en menos de 2 horas o alquilar un coche para ver monumentos, ruinas históricas y alguna que otra bodega.
Así que cambiemos el fin del viaje: iremos a Oporto para desconectar,¡necesitamos un spa!
Ups, vaya. Con el descuento del 20%, el recorrido de 90 minutos se queda en 40 €/persona. Si quieres un masaje, lo pagas a parte. ¡Dios bendito! Ya nos hemos vuelto a poner en 900 lereles y encima la habitación ¡¡TIENE MOQUETA!!
(Y rodapié marrón... sin comentarios... estoy llorando... a lágrima viva).
Nada, que nos quedamos en España, Margot me manda a la porra, la cambio por el consorte que no quiere ir de tiendas y buscamos una ciudad preciosa y un hotel que incluya al menos el spa. Se me ocurre por ejemplo: GRANADA
Habitación de hotel divina, spa incluido ¡con masaje de 15 min! 4 noches, mismas fechas: 550 €¡¡Y encima en Granada te pones ciego a tapas y sólo gastas un mínimo en bebercio!! ¡¡¡¡Compro, compro, compro!!!!
Pero...
Espera...
La oferta NO incluye desplazamiento. Si quieres avión: +150 €/persona: 300 € Y si quieres coche: 150 € de gasolina y peajes. Una vez allí paga un parking durante 4 días porque dentro de unos límites no se puede transitar en vehículo de cuatro ruedas. Eso, o la opción LOW COST:
¡¡MÉTETE EL COCHE EN LA ALPUJARRA!!
¿Veis como hasta soñar es de ricos?